Muchos estudios subrayan la necesidad de mejorar la calidad de los programas de Educación Artística, reconociendo que esto sólo será posible cuando se cuente con profesores y artistas capaces de asentar su trabajo en principios teóricos sólidos y de reconocer que el mundo del arte está en conversación permanente con los cambios culturales y sociales que experimentamos a diario. Desafortunadamente, a la Educación Artística se le resta importancia desde la currícula escolar, desaprovechando así el arte como herramienta ante los retos del nuevo milenio. Si el siglo XXI demanda personas creativas, analíticas y autónomas que puedan resolver problemas, comunicar ideas, ser sensibles al mundo que les rodea y construir conocimiento a partir de información previamente seleccionada y ordenada; si el nuevo milenio requiere personas capaces de usar formas verbales y no verbales, de comunicar ideas complejas en variedad de formas, de comprender palabras, sonidos e imágenes, de interactuar co...
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